Memorias de MediaNoche Amor,Desasosiego,Miedo Un café acompañado de gusto, parte III

Un café acompañado de gusto, parte III

celular

Con mi celular en su mano lo encuentro, me pongo helada esperando su reacción. Bloquea el teléfono y me
 besa la frente.

—Se te hace tarde —me dice y sigue su camino.

Termino de vestirme mientras mi corazón se tranquiliza, intento recordar si entre los mensajes había uno comprometedor. Aunque él insistiera, mis contestaciones siempre han sido las mismas.

Con todo el trabajo que tengo, la preocupación de la mañana se cuela en mi agenda. Reflexiono en lo que estoy haciendo, si esto es correcto y si estoy dispuesta a perderlo todo por una amistad. Confieso que a pesar de la preocupación de perder a mi familia más me inquieta el daño que le pudieran ocasionar, aunque siempre me insiste en que él no es peligroso.

A las 9 a.m. mi celular tintinea, te espero en el café, dice el mensaje. Las sorpresas no son siempre bien recibidas y esta es una de ellas. Tomo mi cartera con deseos de no llegar a mi destino, tengo miedo.

Al llegar su mirada se posa en la mía y en la mesa dos cafés trigueños y un bagel con queso crema.

—¡Tenía ganas de verte! —me dice. Yo le sonrío, el deseo es mutuo.

Entrelaza sus dedos entre los míos y me besa. Sus labios tibios en los míos son relajantes, mi miedo se disipa.

—Te eché de menos —me susurra al oído y yo sonreí.

 Hacía mucho que no sentía así, igual que cuando era joven.

Regrese al trabajo agarrada de su mano y la electricidad recorriendo mi cuerpo. Desde que me case con él las emociones oscilaban como olas. La felicidad no es eterna, no he sabido de mi amigo del café y creo que su vida se esfumo con el gusto.

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