
Soy fruto de un ultraje, donde vinieron ondeando banderas de paz y sólo trajeron desolación. Civilización y conocimiento nos regalaron con su llegada, regalo que ya disfrutábamos desde hacía años. Se creían dioses, por que vinieron a dar, pero nada es gratis en esta vida. Cuando ll que se llevaron de regreso a su hogar fue más de lo que dejaron.
Años tras años con el mismo cuento, tapando el robo, el ultraje y el deplorable comportamiento de una sociedad que vino a “salvar” a una “sociedad inferior”. Aunque el tiempo transcurrió y nada se hizo para impedir la explotación, burla y aniquilación de una raza que su único error fue confiar. Hoy, ¿qué estamos haciendo por las sociedades que están padeciendo lo mismo? El pasado no lo podemos cambiar, pero el presente se construye con las decisiones que apoyamos. No permitamos que el ultraje se repita.
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