De aventuras

aventuras

Corría por la playa, una de sus aventuras.
Recogía pedacitos de cielo, como le decía a sus papás. El mar los traía a la orilla con el oleaje.
Luego de observarlos, los devolvía a la playa. Eran las casitas de otros animales, le decía su papá.
Esta vez el mar le trajo un regalo, en vuelto en algas. La niña la tomó y corrió a donde sus padres.

  • ¡Papá, papá! – emocionada lo llamó. – La playa me trajo una calabaza.
  • ¿La podemos preparar en puré? – pregunto la niña depositándola en las manos de su papá.
  • Mi amor, esto nos es una calabaza. – le dijo su papá haciéndola sonar entre sus manos.
  • Ah, ¿no? y ¿qué es? – tocándola con el dedo índice.
  • Es una maraca – le indico su mamá. – Es un instrumento musical que nos dejaron los africanos.

Cuando regresaron a casa, la mamá busco unos libros y se pusieron a hojearlos. Sus padres le hablaron de Colón y como llegó al nuevo continente. Hablaron de los tainos y de los africanos que llegaron, sin quererlo, a la isla.

  • A mí no me gustaría que me alejarán de ustedes – les comentó la niña a sus padres. Ellos le sonrieron.
  • Somos frutos de la mezcla de estas tres razas – continuó su mamá con el relato.
  • Esta Maraca es un instrumento que los africanos utilizaban en sus bailes y rituales. No tan solo nos dejaron instrumentos, como el tambor, sino que bailes como la bomba y plena. Y palabras como Mofongo.
  • ¡Que rico! – les mencionó a sus padres.

La aventura de esa noche fue un mofongo en conmemoración de su cultura. Mañana, a petición de la niña, seria la cena Taina. Acompañada de su historia.

¡Porque cualquier edad es buena para conocer su historia!

2 comentarios sobre «De aventuras»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Related Post

Su sonrisaSu sonrisa

Espero en el altar, ella camina por el pasillo. Su sonrisa se dibuja en su rostro al verme, esa sonrisa que me enamoro la primera vez que la vi. Recuerdo