Nací de una pequeña partícula cargada de energía y siendo una esencia pura. Especial, no hay nada igual a mí. Se crearon solo cosas buenas que coexistían en armonía, pero al pasar los años me transformaron. Hicieron conmigo lo que quisieron, sin preguntarse siquiera si me hacían daño.
Cambie según las circunstancias y al gusto de los demás, lo único importante son sus necesidades. No dan crédito a lo que necesito o para lo que fui creado.
Pasan los días y sigo modificando mi esencia para hacer feliz a los demás. Un día me aman y al otro soy inservible, y me desechan. Los truenos, vientos y sacudidas son parte de mi grito de atención, aunque todos opinan que me estoy volviendo loco sin ver la razón. Hasta que las cosas se acomodan en su lugar, comenzando de nuevo.
Un planeta, un hogar para todos no para algunos. Ante nuestro creador todos somos iguales, una creación maestra y de nosotros depende que esa creación permanezca por generaciones.
Reducir, reusar, reciclar, proteger a los animales en peligro de extinción y a los que no lo están, reforestar y no cortar los pulmones del planeta. Amar, no violentar, vivir en paz, respetar la existencia y opinión de los demás hacen un habitat de sobreviviencia y calidad para vivir.
Si te gusta esta publicación, compártela. Si tienes preguntas, escríbeme o deja un comentario. Quiero saber de ti…