conoce a tu autora favorita
Genuina es la palabra que me define. Trato de conocerme a mí misma lo mejor posible. La Getea que entrego es quien soy o por lo menos la que conozco en este momento.
Siempre me ha gustado escribir, pero no lo considero mi profesión principal. Lo que necesité fue tiempo para pensar en publicar. No sentía
que mis textos eran material de un libro. Mi facilidad para escribir textos me hizo convertirme en una escritora y no sé exactamente cómo y cuándo sucedió.
Me fascina leer, mi amor por la lectura vino antes que todo lo demás. Pienso que leo de todo un poco. Aunque lo que más disfruto es la ficción histórica. Julia de Burgos, Rosario Ferré, René Márquez son mis escritores favoritos. Prefiero mis libros en papel.
Getea tiene publicado un poemario titulado Contando con las manos. Lo autopublique en el 2002. Para promocionarlo uso las redes sociales, ferias y festivales.
A la hora de escribir me gusta que todo esté recogido antes de sentarme a trabajar. Planifico las historias al detalle, me ha dado mejor resultado que dejando que surjan en la marcha. Trato de escribir a diario, pero a veces dedico poco tiempo, unas 12 horas al mes.
Si me dejan no escribo nunca, porque la documentación e investigación
para mí nunca es suficiente. Además, los finales los cambio contantemente después de escribirlos.
Mi personaje favorito aún no ve la publicación, es un artesano que confecciona relojes de arena. Los vende de casa en casa. Parece no envejecer y cuando ofrece sus relojes hace cuentos relacionados con el tiempo.
Estoy trabajando en varios. Tengo uno a punto de enviar a diagramación, es otro poemario. También hay dos manuscritos de novela, uno más completo que el otro, y un libro de cuentos a mitad.
No sé si soy capaz de dar un buen consejo. Porque es bien fácil desde este lado decirles a los escritores que crean en ellos mismos. Que busquen opiniones honestas. Aunque lo primordial es que se digan a sí mismos que el peor libro del mundo es aquel que nunca se escribió. Escriban, no paren de escribir. Si pueden vivir sin escribir, ser escritor no es lo suyo.