El proyectil es lanzado produciendo una explosión. Las personas que están cerca se ríen, otros se preocupan por un momento, pero la excitación de poder borra el sentimiento.
Va en la dirección en que fue disparado, ¿dónde terminará? ¡Eso no lo saben! Carece de nombre, color o dirección en la que se detendrá, pero sus repercusiones se harán sentir.
Proyectil que troncha vidas y cambia futuros, salpicándolo todo con sabor a óxido. Es una decisión de unos y consecuencias para todos, lástima que el ego no se los permite ver.
La vida es como ese proyectil, somos arrojados a este mundo con una explosión asumiendo que todo nos pertenece. Cambiando el delicado balance de lo que conocemos como vida, quitando derechos y regalando otros. Sabiendo que disfruté de todo lo que hoy reprocho.
