Año 2020, un año de sorpresas agridulce. Nos ha traído alegrías, tristezas y retos. Ha logrado que nuestros más grandes miedos afloren, pero también que nuestra creatividad fluya. Nos ha hecho comprender la vulnerabilidad de la vida y lo poco que el dinero ayuda a mantenerla.
Un tiempo en el que aprendimos a conocernos y saber lo que queremos en la vida. Reconocer nuestras fortalezas y buscar la manera de sacarle frutos. Hemos ampliado nuestros gustos y redescubrimos a nuestros amigos. Sabemos a cuantos les alegra el saber que estamos bien y a cuantos les ha pesado contestar un mensaje.
Aprendimos que el jangueo no es lo mejor del mundo sino pasarlo con personas a las que quieres y que hoy por hoy das gracias por que se encuentran bien. Pusimos en pausa las agendas ajetreadas para existir un momento más, viviendo un momento a la vez. Volvimos a ser niños jugando y añorando la libertad.
Un año 2020 que comenzó apenas hace cuatro meses atrás, pero unos meses llenos de incertidumbre donde los temblores, volcanes, asteroideos y pandemias nos han golpeado fuerte.
A todos los que me leen, quédese en su casa por ti y por los tuyos. Cuando esto acabe los quiero ver a todos en salud. Recuerde que lo ultimo que se pierde es la esperanza.