
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Hay pasos que nos llenan de alegría, en otros el coraje nos invade, pero cada uno de ellos es un eslabón elaborado en esto que llamamos vida.
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. El rastro dejado en el caminar por el mundo no se borra con el viento ni se olvida con el tiempo, al contrario, va dejando repercusiones, conflicto y muchas veces sin sabores que afectan a más de una persona.
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Las sonrisas, acciones y los gestos, buenos o malos, que tomamos como correctos son partes de las causas que hacen mover la sociedad. Un movimiento en acenso que gustan a algunos y a otros les molesta.
No hay camino recto, ni llano, es un mar de curvas y cuestas que van acompañados de distintos sabores. Unos agradables otros difíciles de tragar, pero mientras lleven un mismo horizonte podemos sobre llevar los colores.
Caminante, las noticias vienen y van dejándonos con la preocupación de que en qué momento las cosas cambiaron tanto. Las injusticias no tienen colores ni educación. Las vemos en la calle y en los altos rangos. ¡Ahora, cuestiónate! Analiza tus decisiones. Pregúntate, ¿soy parte de la solución? Si no haces nada para cambiar las situaciones negativas que nos aquejan, lamento decirte que eres parte del problema.