
El interior de mi pecho se desgarra, una sensación habitual. Las lágrimas se desbordan de su comisura y el mismo pensamiento recorre mi mente.
Una tras otra caen sobre mi pecho, como cascada sin poderlas detener, los pensamientos ya no están aquí. Oscuridad y frío, acompañan la soledad mientras el pecho se desgarra.
Mordiendo mi puño para retener un grito, ahogado y desesperado. Golpeó la pared y pateo la puerta, pero eso no mejora mi ánimo. Un reflejo en el espejo me devuelve el dolor, mis ojos hinchados y rojos. El desgarro en mi pecho palpita, aunque mi respiración se acompasa a mis latidos.
Despierto en el momento en que rompo el cristal con un puño, un sueño vivido. Aunque una marca de diente se quedó en mis dedos.