Los esclavos según el diccionario, son personas que ejercen un trabajo pero no son remunerados por dicho trabajo. Aunque estamos en el siglo 21, los sometidos aún existes aunque se les llama de otra manera.
Vivimos esclavizados de una sociedad que nos marca, doblega y empobrece. Donde tienen más oportunidades el que se dedica a quitar que el que trabaja honradamente. El sello de la religión, política o orientación sexual vale más que lo que tengas en tu mente o en el corazón.
Vivimos esclavizados de un trabajo que solo sirve para pagar deudas, porque el amor por el no existe. Donde un jefe pisotea hasta sacar las entrañas de sus empleado y luego solo lo reemplaza. El compañerismo está fuera de moda y la carrera por la adulación comienza.
Vivimos esclavos de relaciones tóxicas donde «el amor» es la excusa más barata para continuar con el martirio. Donde los hermanos son los más grandes enemigos y los desconocidos son los que te brindan la mano.
Vivimos esclavos de un amor que expira y que te cambia mucho antes de que te enteres. La liberación de los esclavos ya ocurrió, pero muchos no se han enterado o se niegan a darse cuenta.
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