Me señaló el mueble a su lado, su mirada no se inmuto. Sus acciones me decían que esto se había acabado, pero en estos momentos confirmo que no hay marcha atrás. Cuando hablo, su voz retumbo en mis oídos y mi corazón se resquebrajo.
Llevo tiempo pensando en las cosas que hecho mal en mi vida y estoy segura de que no fueron para vivir una vida miserable como esta, intente contradecirla, pero ella me detuvo con la mano y continuo. Tú y todos pensaran que soy una diosa, una especie de reina porque tengo un hombre que nunca me ha gritado ni golpeado como otros tantos.
Me miro a los ojos y continuo, recuerda las veces que me dejaste sola y te ibas todo el día con tus amigos mientras yo estaba enferma o simplemente te necesitaba. Se te olvido las noches que te suplicaba por una señal de amor, porque sexo te habías cansado de tener en la calle.
Todos estaban primero que yo; tu trabajo, tus amigos, tu familia y si sobraba era para ti. Recuerdas cuando compramos la casa, una casa en donde mi opinión no contaba. Te justifique una y otra vez, y eso no estaba bien. Hoy reclamas a donde tus acciones te llevaron.
Todo el mundo pensara de mi lo peor, pero sabes una cosa no me importa porque yo si te ame. Te ame tanto que me abandone por ti y para ti no fue nada.
Me canse, ahora soy más fuete y decido irme. Alejarme de la miseria donde me has hundido. Soy una cualquiera porque me arreglo y provocó la mirada de todos. Puedo decirte que muchos de tus amigos, me contaban lo que hacías para poder salir conmigo, pero yo siempre te di tu lugar.
Rompiste mi corazón y suprimiste mi autoestima, pero ahora soy otra. No quiero volver a verte. Se levanto, camino hacia la puerta y no volvía a ver a la mujer más increíble que había conocido. La perdí por pensar que si no la tocaba no contaba como maltrato.
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