Nubes entre el mundo

nubes

El día estaba hermoso para navegar, di vuelta a las amarras y lo liberé del muelle. Luego de navegar varios nudos, las nubes de tormenta cubrieron el cielo. Recogí las velas y me dispuse alejarme del lugar.

El viento aumento y con él, el tamaño de las olas. La nave se balanceaba peligrosamente hasta que la lluvia comenzó a caer. Esto empeoró todo, la visión era casi nula. Las nubes grises se iluminaban con los rayos que serpenteaban, hasta que después no vi nada.

Una música tenue sonaba en lo profundo de mi cabeza y como si me llamará, me trajo a la conciencia. Una claridad cegadora me dio la bienvenida. Una pareja hablaba en el fondo de la habitación y al darse cuenta de que había despertado se acercaron.

  • ¿Cómo te sientes? – pregunto la mujer.
  • Un poco mareado.
  • Tuviste suerte de que te encontráramos, los tiburones se acercaban – intento tranquilizarme el hombre.

Me pidieron que descansará y salieron de la habitación. No tenía sueño ni estaba cansado, así que salí. Afuera no había casas, eran edificios bajos, grandes árboles y grama a su alrededor. No había asfalto, eran caminos compactados.

Regrese a mi habitación, allí me esperaba la mujer.

  • ¿Fuiste a dar un paseo? – pregunto y yo asentí.
  • No te asustes, aquí no le podemos hacer daño a los demás. La tierra se moría y decidimos cambiarlo. Sembramos más árboles que cemento. Las epidemias disminuyeron y el amor por los demás creció.
  • Esto también pudo ser a consecuencia de la vacuna – añadió.
  • ¿Cuál vacuna? – quise saber.
  • La misma que te pusimos al llegar, mira tus manos.
    mis dedos se desvanecían.
  • Ahora cada vez que sientas hacerle daño a cualquier ser vivo te iras desvaneciendo y no hay manera de detenerlo.
  • ¿Hay cura? – pregunte contrariado.
  • Solamente vive y deja vivir.

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