Aventura sin rumbo
Tras una semana de espera llego el día del Road trip. Un road trip intenso, varios amigaos juntos y muchas horas de aventura.
Luego de un baño y alistar la neverita, salimos rumbo a Dorado y cerca de la costa nos detuvimos por un rico desayuno. El aroma a café caliente acompañado de un panini me llenaba de paz y energía.Después de cargar gasolina y comprar snacks, tomamos la autopista hasta llegar a Arecibo.
Llevábamos los cristales abajo y el pelo despeinado. Para aplacar el calor nos detuvimos por unas limonadas. Pasamos Utuado y entramos a Adjuntas. Luego de una rica caminata por sus senderos en el bosque Guilarte terminamos con un plato de arroz y costilla, sin olvidarnos de las lágrimas de monte.
Ya nuestra próxima parada se aproximaba, el parador. Con el traje de baño puesto y toalla en mano nos fuimos a la piscina. El calor era intenso y no había nada más refrescante. Juego tras juego, pasamos la tarde.
Había karaoke, así que después de arreglarnos y de pedir unos aperitivos nos dispusimos a cantar. Al caminar de regreso me sostuvo de la mano y me deje llevar. Su cuerpo junto al mío en un medio abrazo. En la cabaña, nos perdimos bajo las sabanas.
Desperté de madrugada. Cole café y me senté en la hamaca. Saboreando el café, no era la única que madrugo, llegaron todos a beber de mi café y hablamos hasta que el restaurante abrió y desayunamos. Anduvimos por la hacienda hasta llegar a las plantas de café y cruzamos el puente colgante.
Tras una caminata y un helado por la perla del sur salimos en dirección a nuestra próxima parada. El road trip aun no terminaba.