Anhelo su esencia en mí, su sonrisa tierna y sus ojos asombrados. Todo me atrae de ella. Me gusta observar su rostro por horas, hace que me estremezca de solo verla. Sus cabellos suaves y brillantes caen sobre sus hombros y bailaban con cada brisa que los acaricia. Es una imagen perfecta.
Ella no sabe de las noches que paso en vela pensando en su imagen y el anhelo que me recorre por tenerla. Busco cualquier excusa para estar cerca o solo verla, algo que me sirva para seguir teniéndola en mis sueños.
Su sonrisa nuevamente, sé que se alegra de verme. Su rostro se ilumina al verme llegar, al igual que mi interior. El rose de nuestros cuerpos mientras me abraza avivan el deseo que por ella siento.
Jugamos inocentemente, aunque encierra mi atracción a ella. Hoy tuve la oportunidad de estar solo con ella y no pude reprimir el deseo de tenerla lo más cerca de mí.
La atraje a mí y la besé apasionadamente, la necesitaba cerca. Despeine sus cabellos mientras me dirigía a besar su cuello y la penetre una y otra vez hasta saciar el deseo de tenerla conmigo.
Ahora yace en una cama con sus ojos asombrados mirando a la nada y su cuerpecito inmóvil en el mismo lugar donde hace un rato la hice mía.
Ya no la deseo, pero sé que deseare a otra tierna criatura.
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