Preparación, 18 de septiembre de 2017
En la bitácora de hoy, Estela y Gabriel se verían, viven en puntos retirados de la isla y después de hoy no saben cuándo lo volverán hacer. Nosotros en el trabajo organizamos los salones y salvaguardamos los equipos electrónicos mientras Miguel fue a jugar con otros niños que al igual que él tenían que seguir a sus padres hasta su lugar de trabajo.
Cuando llegamos a casa nos pusimos manos a la obra, guardamos todo lo que estaba suelto como las plantas y colocamos las tormenteras con ayuda de los vecinos. Esteban me llamaba a cada rato para revisar que estuviéramos bien y preparados, yo tenía un pie adelante y un listado de tareas que seguía al pie de la letra.
Esteban aún no había llegado, estaba ansiosa y tenía miedo por él, por nosotros, pero en nuestras conversaciones no le decía. Sabía que el estar lejos ya era mucho para él. Termine de lavar ropa, cocine y destape los desagües del techo con la ayuda de mi hijo. Trate de prepararme lo mejor posible por si Esteban no lograba llegar. Le envié un mensaje a mi hija para que llenara el tanque de la guagua cuando viniera hacia casa.
En una de las llamadas de Esteba me dio una gran noticia, regresaría mañana en la tarde, pero debía bajar a Santo Domingo para tomar el vuelo ya que de Santiago no saldrían más, me asusté. Si cancelan el vuelo él no conocería a nadie allá. Le dije que llamara temprano para que no diera el viaje en vano. Que prefería que se quedará en Santiago para que estuviera seguro, que si no lograba salir que no se preocupara por nosotros y que en cuanto tuviera señal yo lo llamaría. Su cara se quebró y sé que quería llorar, yo también lo quería. Quería traerlo a través del celular y tenerlo a mi lado, pero no podía.
Día antes del huracán, 19 de septiembre de 2017
Hoy mi amado llegaría, pero antes de eso tenía un listado de cosas que me faltaban. Ya no podía dormir y a las 7am iba de camino para la panadería por desayuno. Compre café, crema, agua y pan. También unos dulces para los cuatro.
Desayunamos y fuimos al taller de Esteban por la Cube, teníamos que bajar la guagua a casa de mi suegra. Mientras circulábamos por las calles podíamos ver los preparativos en las casas y los camiones de los municipios recogiendo posibles proyectiles. Cuando deje la guagua me detuve en casa de mi mamá.
Llegamos a casa colocamos los tornillos en las tapas de los zafacones soterrados, también llenamos las gomas de las guaguas y preparamos el área donde Max, nuestro perro, pasaría el huracán.
Esteban llegaría a la 1:44am así que salí temprano para ir por mis medicamentos. Al llegar al aeropuerto recibí un texto, el vuelo se atrasó. Después de abordar estuvieron 20 min en la pista, lo que llegaría más tarde. Una hora más tarde de lo que lo esperaba, llegó mi novio a Puerto Rico. Los recogí en la terminar C, me bajé casi corriendo y lo bese, él monto las maletas y subimos a la guagua. Me abrazo y beso nuevamente. No podía dejar de mirarlo y sonreír, ya estaba aquí. Él también sonreía.
Compramos pizza y seguimos para casa con nuestros hijos. Revisamos nuevamente que todo estuviera listo para recibir a María.