Con los años

años

—Ese trasero no cambia con los años —me volteo, no por el comentario sino por el sonido de esa voz.

Sus ojos verdosos me saludaron, los que en antaño me intrigaban. El hombre que fue mi amigo me observa, yo sonrío a su ocurrente comentario.

—¡Muchacho, estás vivo! —le comento con tal de no quedarme con la boca cerrada.

Él se carcajea, moviendo su rostro de lado a lado. ¡Lo recordó! Lo mucho que odio no ser la que tiene la última palabra.

Hace 20 años atrás éramos los mejores amigos. Las travesuras y aventuras eran conjuntas. Todo lo que era en pareja lo hacíamos juntos, hasta para los bailes. Aunque nuestros intereses amorosos objetaran. Por esa conexión mi madre pensó que terminaríamos juntos. ¿Qué paso con nosotros?

El tiempo fue lo que paso. Nuestras aspiraciones luego de graduarnos no eran las mismas y terminamos viviendo en ciudades diferentes. Por más que intentamos nuestra relación cambio. Celos, reproches y falta de coincidir en el mismo lugar nos alejó.

Diez años llevo preguntando por él, pero ni su familia o conocidos saben su paradero. Hasta en las redes sociales lo busque.

—¡Dios mío! ¡Que arcaico! Ni un perfil en Facebook tiene —me decía cuando introducía su nombre en el buscador cada cierto tiempo.

Lo observo, con los años su cuerpo ha cambiado. Tiene marcas en el rostro y una sonrisa amplia. Sin planearlo lo encontré, recuperé ese rostro que tanto extrañaba.

Si te gusta esta publicación, compártela. Si tienes preguntas, escríbeme o deja un comentario. Espero saber de ti…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Related Post