¡conoce a tu autor@ favorit@!
Leal es la palabra que define a Damaris Rivera Alicea. Esta recoge mucho de lo que soy; me entrego a todo en trasparencia (mi trabajo, mi familia, mis amigos y principalmente a mí). Tengo un compromiso genuino con mi integridad. Con representar en mis acciones, lo que siento, lo que pienso, lo que soy. Es un ejercicio continuo. Intento no asumir posturas, compromisos o acciones que no honren los principios que me habitan. La palabra leal para mi recoge un tipo de casamiento conmigo misma que a su vez incluye el respeto a los demás.
Contestar la pregunta si me gusta leer, es muy difícil para mí y les voy a explicar por qué. (En exclusiva). Aunque la contestación debería ser que sí, la realidad es que, por muchos años de mi vida, me vi limitada a hacerlo (suspiro y me sudan las manos porque voy a exponer mucha vulnerabilidad aquí). En primera parte, vengo de una familia donde poder leer era un privilegio (siento ganas de llorar en este momento). Crecí bajo cierto tipo de lo que hoy se podría llamar explotación infantil y maltrato. Sin ánimos de querer denunciar a mis padres (los cuáles hicieron todo lo que pudieron con las herramientas que tenían) mi escenario familiar fue uno de caos en el que yo como hija mayor asumí o me asignaron responsabilidades que limitaron mi exposición a actividades propias de la niñez o de una vida sana, como lo es la lectura.
En mi hogar no había descanso. Este patrón de trabajar sin mediar espacio de crecimiento y libertad lo arrastré hasta hace corto tiempo en mi adultez. Pero, eso no es todo ni lo principal que quería compartirles. Cuando apenas llegué a la universidad observé una limitación increíble para poder sostener la atención y sobre todo la vigilia en el proceso de lectura y hace poco tiempo se confirmó el diagnóstico de Narcolepsia. Hace apenas unos meses comencé un tratamiento que finalmente me permite leer sin quedarme dormida. Así que ahora podría decir que sí, que me gusta leer y aprovecho para confesar a los lectores que sufría mucho, sí.
Por el relato anterior quizás podríamos comprender que prefiero leer poesía. Esto por su brevedad, sensibilidad y contundencia. Sin embargo, desde hace unos meses (que estoy medicada) comencé a leer libros de memorias, cartas y alguna que otra narrativa breve. Confirmando que prefiero las lecturas basadas en historias reales. No me logro involucrar con la ficción. Para contestar a la pregunta sobre ¿Cuál es mi escritor/a favorito? me gustaría que me la repitan en unos 5 años. Ya que mi carrera como lectora dedicada apenas comienza.
Cuando escribo me gusta estar en ayunas, con sólo líquido en el cuerpo, una vela encendida y si tengo disponible pongo incienso. Prefiero las mañanas, pero hay veces en que la musa llega sin avisar y hay que escucharla. Nunca pensé convertirme en escritora. Lo que es curioso es recordarme de niña escribiendo en mis diarios como si unas nietas me fueran a leer.
Escribir era mi manera de comunicación con mi mamá cuando era una niña. Ella se molestaba conmigo o quizás con mi papá y se encerraba en su habitación. A veces pasaba semanas aplicándonos la “ley del hielo”. Era muy pequeña para cargar ese peso y escribía, escribía y escribía. Le hacía cartas para ver si lograba hacerla sentir mejor y que me hablara de nuevo. Así fui vertiendo toda mi vida emocional en letras. Pero jamás con la idea de publicar nada. Mi vida era muy pequeña para soñar. Cuando llegó la pandemia, tomé un curso para escribir un libro en 8 semanas. Me anoté más por curiosidad que por propósito. Desde el primer momento que comencé a hacer los ejercicios Deshojada (mi primer poemario) se manifestó.
Saliendo a la luz una historia de sobrevivencia a las experiencias de violencia que viví. A partir de ese momento fusioné mi carrera de trabajadora social con el de escritora con el objetivo de llevar las oportunidades de sanación a una experiencia colectiva y accesible.
La gran mayoría de los poemas que he publicado son inspirados al momento. No son parte de una planificación minuciosa. Con lo cual me he querido prometer ser más estudiosa para una próxima publicación. Aunque generalmente escribo por musa; cuando tengo un proyecto en mente le dedico un par de fines de semanas corridos hasta que lo saco. No me gusta procrastinar. Tengo una personalidad ansiosa y enfocada en resultados. Puede tener que ver con mi signo de sol en capricornio con ascendente en virgo. Hay mucho de Saturno en mí. Con relación a los finales, no estoy segura de sí he cambiado alguno, aunque es posible.
Al momento tengo dos poemarios publicados (Deshojada 2021 & Inhabitable 2022) los que son en papel (no he publicado Ebook) y algunas colaboraciones en Antologías y revistas. Ambas son publicaciones independientes. Los que promociono en las redes sociales, además hago la publicidad y los distribuyo tanto en librerías como en ferias. Estoy trabajando en un proyecto nuevo muy ambicioso en la medida que me reta a mí misma ya que saldré de la poesía y será un libro sumamente atractivo quien sabe si polémico.
Damaris les aconseja ¡Escribir! ¡Escribir! ¡Escribir! Acallar las voces que nos dicen que no somos dignos ni capaces.
