Memorias de MediaNoche Indignación,Soledad El camino de diamantes de cemento

El camino de diamantes de cemento

El camino de diamantes de cemento era la ruta que seguía para ir y venir a su casa. En la mañana seguía el camino para la escuela cargando su mochila y llevando su espíritu arrastras. Volviendo en la tarde a su casa.

camino

camino, a lo profundo del parque

Era una niña solitaria, acompañada solo por sus dos moños ondeando al viento. El camino de diamantes de cemento también le traía alegrías, ya que si seguías el camino a la izquierda terminaba en lo que una vez fue un parque.

Los columpios ya no estaban y a la resbaladilla le faltaba la mitad, pero siempre se divertía aventurando entre sus árboles. No era una mera espectadora, ella era el centro de todo. Jugaba cuando quería y hablaba cuando le apetecía.

En su centro crecía un viejo manzano donde las raíces le servían de asiento.
Solía recostar la cabeza al tronco y se quedaba allí un rato conversando con lo que allí existía. Las pequeñas criaturas de orejas y cola puntiagudas que hacían juego con sus ojos en forma de gotas. De escaso pelaje, pero de piel como la lija, eran los únicos amigos de la niña.

En casa la creían de gran imaginación porque lo que contaba solo podía ser inventado. Unos hombrecitos diminutos que poblaban un manzano. Con casitas y caminos en su interior, caminos que la niña había recorrido junto a sus amigos.

Por más detalles de sus aventuras, no le creían que fuera verdad, pensaban que era producto de su imaginación a falta de amigos. La niña comenzó a presentar signos de cansancio. Se quedaba dormida en la escuela y no terminaba sus trabajos. Las ojeras se hicieron más prominente bajo sus ojos, pero nadie creía las aventuraras cotidianas que la niña vivia con los hombrecitos.

Hasta que un día la niña no pudo más y quedó sumergida en un sueño eterno. Lo que sus padres nunca supieron fue que la energía vital de la niña fue absorbida por los hombrecillos que creían imaginarios. Ellos necesitaban vivir y la niña necesitó que sus padres creyeran en ella.

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