Me cautivaron unos ojos profundos como el mar y negros como la noche, fue lo primero que vi en él. Azabaches y de pestañas largas, ingenuo y a la misma vez travieso. Sus labios carnosos dibujando una sonrisa, decorada con unos hoyuelos.
Su cuerpo cubierto con unos jeans y camiseta, pero resalta su musculatura. De personalidad alegre y contagiosa, atrae siempre cosas buenas. Así me atrajo a mí. Amo su espalda al descubierto, su reflejo en el espejo y sus abrazos enérgicos.
En la escuela, mis amigos pasaban el tiempo en deportes y haciendo pesas. Yo prefería la moda y el maquillaje, y concentrarme en el futuro que quería.
En mi infancia aprendí que mis gustos eran diferentes, pero eso no me hacía menos. Que mis sentimientos y mi pesonalidad tienen valía.
Querían que fuera como los otros chicos, pero decidí ser yo. Amarme por lo que soy y lo que puedo ofrecer. Soy un ser especial, diferente y lleno de amor para todos. Aunque los comentarios de los demás solo me critican y me humillen, en mis ojos podrás ver el valor verdadero e importante.
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