Un mundo cobarde, un mundo egoísta, un planeta corrompido por el poder.
El poder del dinero que nos hacer obtener las cosas sin pensar en el daño que causamos.
Un mundo, que al pasar el tiempo sigue con sus mismas costumbres. El viento que sopló en su primer día de vida es el mismo que acaricia nuestro rostro al pasar. El mar sigue bañando sus costas desde que se conocieron y la tierra, la que nos sostiene y nos da comida, ya no crece más.
Nos peleamos sin darnos cuenta de que no podemos huir, estamos encerrados en un globo llenó de superioridad y prepotencia. La gran nación que bombardea con artefactos nucleares para defender su nación, ¿de qué? Si al cabo de un tiempo cada radiación emitida llegara a mí y me afectara de igual manera.
En las redes sólo se presenta un vil montaje de los actos de bondad, cuando la suela del zapato te hunde para que no sobresalgas más que tu amigo. Un mundo en donde el amor no esta de moda, pero aplauden el atropello y la deshonestidad.