Hoy abrí los ojos y mirando al techo, me percaté que un día nuevo a comenzado y estoy con vida.
Intento percibir alguna molestia u dolor que pueda tener, pero solo sentí el movimiento de mi estómago a causa del hambre. ¡Estoy con vida!
Salí de la cama y los ruidos me llevaron al family, mis hijos y su papá estaban allí viendo una película mientras disfrutaban su desayuno. Yo me les añadí, tomando un café calientito junto con mis tostadas. Gracias por que estoy viva.
Nos preparamos, hoy la familia y amigos se reúnen. Todos a casa de los abuelos, mis hermanos y sobrinos ya nos esperaban allí. Unidos en un abrazo al vernos llegar.
Se improvisa una mesa, no cabemos todos en el comedor. Sostenidos de la mano, una oración elevamos al cielo. Una oración por los que no están hoy con nosotros y por los que están, y agradeciendo la vida que se nos regaló. Por los amigos, y hasta por los problemas. Esas complicaciones que nos enseñas a ser mejor persona.
Mi papá con cuchillo en mano corto el pavo que con amor preparo mi mamá para nosotros, mientras los demás seguían echando distintos manjares en su plato. Nos sentamos a comer, entre chistes y anécdotas disfrutamos de una cena agradable.
Al terminar la cena, y haber recogido lo utilizado nos movimos a la terraza. Los chicos jugaban y otros saboreaban el cañita que mi papá les ofrecía mientras los amantes del café soplaban el humo de sus tazas. Ya la noche caía y el frío se comenzaba a sentir.
Observo a mi alrededor, que placer más grande que estar aquí con los que quiero y disfrutar a su lado lo hermoso de vivir. Este gran regalo que me da el estar vida y agradezco por el.