Bitácora de María, Parte VI

Bitácora-helicoptero Guajataca

27 de septiembre de 2017
Día 7, después del huracán

Con bitácora en mano, nuevamente nos levantamos a las 5:30am, está vez le tocaba a la FJ el echarle gasolina. Durante la espera escuchamos la radio y jugamos cartas UNO. Más adelante un carro se quedó sin batería. Entre varias personas ayudamos a encender el carro. Cuatro horas después pudimos cargar gasolina, cuatro horas de juegos, regaños y peleas.

Estela había salido para el puesto con su padre y hermano, sin querer dejo el teléfono y Gabriel llamo. Estaba súper emocionada pero como no logró nueva comunicación su ánimo cambio. Después de varios taponamientos llegamos a casa allí entraron varios mensajes de Gabriel, pero a ella no le salían. Decidió enviarle un mensaje con todo lo que quería decirle para que saliera cuando tuviera señal.

Dejamos los envases de gasolina en casa y fuimos para Costco a comprar agua, para ahorrar gasolina nos fuimos en el corolla. El llegar no fue fácil pero la entrada si ya que nos fuimos por la fila de impedidos. En Costco cogimos agua, leche klim, carnes y unas salchichas para comer. Estela consiguió señal, habló con Gabriel todo el tiempo que estuvimos en Costco. Durante el camino decidimos pasar a buscar hielo para llevarlos a las abuelas.

Ya en casa Miguel se fue a correr bicicleta, Estela guardo la ropa, Esteban estaba cambiándole el aceite a la planta y yo me puse a acomodar los libros en el librero.

Unas papas majadas con las alitas que compramos en Costco es lo que hay para comer, el aguacate está bueno para hoy. Cansados de una semana de esfuerzos y madrugadas nos fuimos temprano a dormir.

28 de septiembre de 2017
Día 8, después del huracán

Hoy dormimos un poco más, el plan de hoy es ir a Hato Rey a llevar hielo y de ves nos daríamos un rico baño, que después de más de una semana a cubo nos hacía falta. Además, si se pude lavaremos la ropa, usando la planta porque allá nunca se fue el agua. El sol estaba intenso por lo que la ropa se secó rápido y pudimos lavar toda la ropa. Estuvimos todo el día en Hato Rey, salimos a las 4pm el toque de queda es a hasta la 7pm. Aunque, con toque de queda o no, no queríamos estar en la noche en la calle. Los asaltos y crímenes se apoderaban de las noches.

Cerca del peaje de Buchanan tuvimos señal y pudimos abrir Facebook, WhatsApp, entre otras aplicaciones. Aproveché para llamar a mi hermana, pero no contestó le deje un mensaje y en cuanto consiguiera señal volvería a intentar hablar con ella.

Esteban deseaba un biscuit helado de church’s chicken, pero estaba cerrado. De camino a casa entraron dos llamadas perdidas de mi hermana. Entendimos que teníamos señal y viramos. Claro está, hable con mi hermana. Nadie sabe la satisfacción que da el recibir una llamada y saber que la familia está bien hasta que ocurre una situación como esta.

Al llegar a casa guardamos la ropa, adelantamos el trabajo de Miguel y jugamos un rato de monopolio. A las 9pm nos preparamos para dormir.


29 de septiembre de 2017
Día 9, después del huracán 

Me levanté temprano y preparé desayuno. Nos habían indicado que nos teníamos que reportar a trabajar ese día, así que mis chicos irían conmigo. Al llegar al trabajo intente entrar, pero no había nadie. El portón tenía candado esperé un rato y subí una foto al chat como evidencia. Después de gastar la gasolina que no tenía para llegar al trabajo y no encontrar a nadie me dirigí a hacer lo imposible por conseguir el combustible. La planta eléctrica debía seguir funcionando.

Los tapones por doquier atrasaban el llegar a una gasolinera y la palabra “cabrón” se escapaba a cada rato. La paciencia era mínima y el calor insoportable.

Una hora en la fila y una guagua aprovecho para colarse. Me bajé y fui donde las personas para que supieran que eso no se debe hacer, me contestaron que ellos estaban haciendo fila en otra dirección. A lo que se me escapó una risa y les dije que sólo había una dirección que sencillamente se colaron y que personas como ellas hacían que la situación fuera peor. Me fui al carro, mis hijos molestos y cansados.

Ser un niño es algo hermoso, pero como adulta sé que la sociedad puede ser tan destructiva hasta el punto de borrar una ciudad del mapa. Como podemos exigir que las cosas cambien si somos los primeros en darle de codo al prójimo y hacer las cosas mal. A los de la guagua Hyundai tucson, tablilla G_X 8_9, gracias pude explicarles a mis hijos muchas cosas con su acto vil ante la igualdad en el mundo. Gracias nuevamente.

Estela y Miguel caminaron al puesto comprarían algo frío y cogería aire acondicionado, ella es la mejor hermana. Lo protege, en muchas ocasiones parece su madre, creo que se debe a la diferencia en edad que hay entre ellos.

Nos tardamos otra hora más para salir de la gasolinera. Con calor y hambre, nos paramos en un punto a coger señal. A las 12 del medio día Estela y Gabriel se habían citado para hablar, en estos momentos no había señal así que debíamos estar en el lugar indicado a la hora indica para hacerlo, pero salimos tarde la gasolinera y llegamos a la señal a las 12:35pm.

Almorzamos juntos y salimos para Puerto Nuevo por las llaves del taller, entre lluvia y tapones. De regreso pasamos en Cataño a comprar hielo seco, un hielo que según los vendedores duraría unos días. Lo que pensamos nos ahorraría algo de dinero ya que la nevera no tendríamos que prenderla. 

Una tarde de bicicletas, charlas y chistes. Una cena caliente entre amigos – familia y a dormir temprano.

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