Decido yo sonreír cuando una persona pasa por mi lado, no lo hago por coqueta. Mi mundo no es perfecto, pero yo hago que lo sea porque puedo ayudar a los demás a mejorar el suyo con una sonrisa.
Tomo la decisión de caminar erguida, no por altanera ni prepotente. Solo me gusta tomar bocanadas de aire expandiendo al máximo mis pulmones y sentir en mi rostro el calor del sol. No dejar que mi punto de vista sea pisoteado, vale como el de cualquier otro.
Decido yo disfrutar la lluvia cuando cae y la baja temperatura que la acompaña. Unas sopas calientes y un café para acompañar ese momento especial. Decide disfrutarlo, cada día trae algo distinto y agradable.
Tomo la decisión de hacer mis días inolvidables con un libro en mano mientras leo una historia fantástica o disfrutando bajo el sol escuchando los bates resonar contra las bolas y las bases siendo pisadas en camino a home.
Decido yo comerme una frutas porque refrescan mi paladar o un bizcocho porque dulce es lo que quiero. Hay que cuidarse y darse gusto, porque la vida se vive solo una vez. No la vivas amargado.
Yo tome la decisión de ser feliz y vivir mi vida a la manera que me hace serlo, porque esta felicidad depende de mi. Abre tus ojos al despertar y toma la decisión de ser feliz, solo por ti. Veras como todo comienza a mejorar.
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